LO QUE HAY PARA ESTA SEMANA

1.-LA LEYENDA DE LA LLORONA
3.-EN AUDIO "LAS TRES MEJORES HISTORIAS DE TERROR DE LA MANO PELUDA"

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lunes, 20 de julio de 2009

ASÍ O MÁS GRANDOTA (TORRE LATINOAMERICANA)



Es difícil no verla, cada que camino por Eje Central en busca de algún libro pirata, paso a un costado de ella, volteo hacia arriba y pienso –tengo que subir al mirador, pero la intención se convierte en indecisión y termino por dejarlo para la otra. Pero ese día si subí, me metí a la Torre Latinoamericana, pagué tan solo $50.00 pesos y subí por el que según dicen es uno de los elevadores más rápidos del mundo, llegué al piso 37 de la Torre, donde se encuentra el mirador, y justo al abrirse ambas puertas, la sorpresa instantánea de la vista sublime y majestuosa de la NADA se hizo presente –exacto, la nada– y es que una nata blanquecina de mugre y contaminación solo deja ver eso “nada”. Durante el trayecto en el elevador que no dura más de medio minuto, me imaginaba una vista del horizonte con los cerros del Popo y el Izta resguardando la ciudad, pero en cambio esa nata de contaminación no te permite ver más allá de unos cuantos kilómetros. Claro que no deja de ser un gozo la perspectiva que tienes de aquellos puntos que te permiten ver a la distancia el limite de tus ojos, y aunque te ponen fotografías de los sitios, edificios, construcciones, iglesias a observar por cada lado del mirador, a fin de ubicar los puntos de mayor importancia y referencia, es complicado apreciar los más lejanos, pero los puntos que rodean tan imponente construcción, se aprecian perfecto; el Zócalo y la Catedral por el este, el Palacio de Bellas Artes por el norte, la torre de PEMEX, Polanco, el Hemiciclo a Juárez por el oeste y el WorldTradeCenter por el Sur, es una perspectiva diferente, el lado ínfimo de las construcciones, todo es más pequeño y los detalles se hacen claros y visibles, una maqueta de la ciudad, gente como hormigas, autos que van y vienen por todos lados, infinidad de iglesias y templos que hablan de historia –puedo decir que es el otro lado de la ciudad, con la confirmación que deja el apreciar la telaraña que representa esta enorme ciudad, y la extraña sensación de un gigante al poder levantar un auto con los dedos o “apachurrar personas con la palma de la mano, sin embargo, es aun más interesante la sensación de estar fuera de ritmo exhaustivo de la ciudad, como si los demás fueran los que tienen prisa o preocupaciones, y tu disfrutas del ajetreo de los movimientos de la ciudad, como un ser vivo que se mueve y respira por si mismo, y al cual admiras por su extraña facilidad de ser y estar.

Es el piso 37 donde está el mirador, hay un modulo de recepción la planta baja y costo de entrada es de cincuenta pesos, al subir al mirador entras a una especie de recepción, pero basta con subir dos pisos más por una escalera de caracol para salir al aire libre y sentir el vértigo propio de la altura, hay también telescopios grandes y pequeños que cuestan 2 y 5 pesos por 3 minutos.

Como siempre les digo. Vivan su ciudad desde otro puntos de vista, no todo es trafico, metro y peseros, levanten la vista y giren su cabeza, les aseguro que siempre hay algo bueno que apreciar.

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