
EL WALKMAN Y MI PRIMER VOTO POR VOTO
Tercer grado, Escuela Primaria Suriname, el concurso del año, “Cuidemos el Agua” decía el slogan de esa campaña del gobierno enfocada a crear conciencia del cuidado de agua. Todos los niños de la primaria estaban invitados a participar, el premio al primer lugar un Walkman –saben lo que representaba un Walkman en esos años, les estoy hablando de los 80´s cuando era vital para un niño tener un Atari y por su puesto un Walkman– el segundo lugar un “memorama” y el tercero unos “palillos chinos”. Por supuesto que yo quería ese Walkman, ya tenía el Atari pero quería mi Walkman y generar la envidia de todos mis amigos de la escuela. Las bases del concurso consistían en llenar cuestionarios casa por casa, el niño que juntara mayor número de cuestionarios ganaba el premio. Las preguntas eran básicas y sencillas hasta para un escuincle de primaria y por supuestos eran enfocadas a generar conciencia a las personas a las que se les realizaba la entrevista. Así que con este propósito y para esta ardua tarea el gobierno me armó con una gorra color azul con el logotipo estampado de “cuidemos el agua”, una pluma para llenar los cuestionarios y por supuesto un morral en el cual podías meter tus cuestionarios una vez finalizada tu investigación –yo me sentía bien chingón saliendo a la calle disfrazado de protec
tor de agua, “mírenme pendejos ustedes no traen un morral y una gorra como la mía”– así que envalentonado y con el ego hasta el cuello salía con mi mamá para qué me acompañara a tocarle a las vecinas –ni madres que yo iba a ir solo, que ella les preguntara y si querían les hacia la encuesta, y si no, ¡pues a la goma! ellos se lo perdían. Parte de mis funciones como protector del agua eran el llenado de preguntas como ¿usted lava su auto con manguera o con cubeta? , ¿Cuánto tiempo se tarda en bañar? –les digo preguntas básicas para un niño–ah pero la siguiente parte de mis responsabilidades era la que más me gustaba, me sentía importante y con autoridad, tenía que recorrer toda su casa, baños, cocina, garage y hay de aquellos que tuvieran goteras en alguna de sus tomas de agua, entonces sí, sacaba mi pluma y anotaba en mi cuestionario, justo en el décimo noven inciso, un tache enorme –les digo que yo me sentía a toda madre haciendo eso– después, las normas de un cuidador de agua , indicaban que había que regalar un “empaque para la toma de agua y pudieran sustituir el dañado (se suponía que nosotros teníamos que hacerlo, pero contrabajo y me sabía amarrar las agujetas que chingaos iba a estar cambiando un empaque) Terminando el protocolo de investigación, me firmaban la hoja y yo partía con el amplio propósito de seguir visitando a todos los vecinos de la colonia. En dos semanas llegué a juntar doscientos cuestionarios y en la dirección de la escuela decían que yo iba en el primer lugar, qué el ultimo niño estaba debajo de mi como por cincuenta, pero no quería confiarme así que puse a mi mamá a generar unos cuantos “cuestionarios fantasmas” más, –ese Walkaman es mío –pensé. Pasada una semana, fui a entregar mis últimos cuestionarios y dicho por la directora –con esos cuestionarios aseguras el primer lugar mijo, ya no sigas haciendo más, con esos son suficientes, dijo la pinche vieja–, si hubiera sabido que hasta en las elecciones federales hay fraude, me canso que hubiera puesto a toda mi familia a sacar y sacar cuestionarios. Pasó un mes y dicho concurso se borró de mi mente, decían mis papas que como todo lo que hace el gobierno, esto también sería un fraude, pronto olvide el
deseo de mi Walkman y me resigné a pedirlo a los Reyes Magos para el próximo año. Pero un día lunes, justo en la ceremonia a la Bandera y después del Himno Nacional, la directora dio aviso de los niños que habían ganado en el concurso de “Cuidemos el agua” –aguevo, le dije a Andy, mi carnal de la primaria –ya me van a dar mi pinche Walkman, no cabía de la emoción cuando la pinche directora con esa falda larga gris que no hacía mas que dar forma a su figura gorda y desparramada, dijo el nombre del primer lugar, el niño Luis Ramírez de 6to A –su hijo, no mames pinche vieja le dio el primer lugar a su hijo –ya valió madres mi Walkman, y ahora que voy hacer con unos pinches “palillos chinos”. Segundo lugar, un Walkman también –dijo la gorda gangoza –¡vientos, ya la hice!– “para el niño Jorge Antonio Pérez de 5to B” –qué, ni el segundo gané, ¡no! esas son ching… –le dije a mi cuate, que nada más se me quedaba viendo– ¡no! ya valió, esa era mi última oportunidad de ganar, ya ni siquiera me importaba el mugre aparato, yo quería el respeto de mis compañeros y por culpa de esa vieja que engañó, no lo iba a tener. Sin embargo, y haciendo uso de las mas puras estrategias políticas para taparle el ojo al macho y que este no reclame, me dieron mi Walkman y un tercer lugar que por lo menos me sirvió para pasar al frente y pintarle cremas a los de adelante. El Walkman fue mi retribución de un tercer lugar, pero yo hasta la fecha sigo exigiendo Voto por Voto, Cuestionario por Cuestionario.

