DÍA DE LA INDEPENDENCIA EN OTRO PAÍS
FIESTEROS, ALEGRES, BORRACHOS, CANCIONEROS, DESMADROZOS… ASÍ SOMOS LOS MEXICANOS 
Esto lo comprobé una vez que me tocó viajar a otro país, fue una de esas coincidencias del destino que me permitió salir de mi rancho y conocer las costumbres de otras gentes, en esa ocasión me puse a investigar las fechas históricas, personajes famosos y ese tipo de eventos que por supuesto dan al visitante un pretexto de platicar, así como cultura general –pa´que no digan que el mexicano es inculto, pensé- así que leí algunas páginas de Internet donde hablaban de sus guerras, sitios famosos por conocer, entre otras cosas más, la idea era no llegar tan perdido, de mi historia pues ya sabia, así que por ese lado no tendría mucho problema. Estuve un muy buen tiempo en ese país, por lo menos el suficiente para conocer a muchas personas de distintos rumbos del país, conocí gente del centro, de la orilla y por supuesto del norte, esto significó la gran primer diferencia con México, aquí en nuestro país encuentras en cada estado o provincia como lo definen allá, una identidad propia, una costumbre arraigada y un entendimiento de las costumbres muy particular. En este país donde estuve por más de un mes, las costumbres no mostraban diferencia alguna al visitante, aunque según los oriundos esta se refleja en la forma y el tono de hablar –indescifrable para mi que de por si era complicado entenderlos a todos a pesar de ser español. Como dije conocí gracias a todos los amigos de por allá muchos de los lugares más representativos del país –siempre he tenido ese toque de mexicanismo arraigado en mi corazón- así que sin afán de agredir, las comparaciones con lo nuestro se mostraban a cada paso y en cada vistazo que echaba por la ciudad o en las provincias visitadas. Conocí estadios deportivos, museos, monumentos, y paisajes naturales, -es decir una muestra de lo que aquel pa
ís tiene por ofrecer- no discuto en lo más mínimo que hay cosas muy buenas por esos lados del sur del continente, sin embargo encontré grandes, enormes diferencias, entre las que puedo mencionar a grandes rasgos: la calidez de las personas, la comida, la diversidad de culturas, la diversidad de museos, la carencia de historia, el originen de su gente, entre muchas más.
Por coincidencia se presentó el día que en que ese país festeja su independencia, que al igual que todos los países latinoamericanos, tuvo que sostener una lucha enorme contra los españoles por su libertad. El héroe principal fue San Martín, no el San Martín de Porres que nosotros conocemos, es más ni siquiera es un santo, únicamente es el nombre del general libertador de aquella región, “General San Martín” cabe mencionar que este país esta integrado por descendientes europeos; españoles, alemanes, italianos en su mayoría, no existió una mezcla como ocurrió en México, por lo tanto todos sus triunfos históricos están basados en los logros obtenidos después de su llegada al continente Americano, como lo muestra una de sus ciudades llamada Resistencia, bautizada así por la lucha contra los nativos de la zona, donde los ahora oriundos resistieron el ataque de las tribus que vivian en ese lugar antes de su llegada. Esto que indica que su historia es infinitamente menor la nuestra, tanto en personajes como en etapas vividas, tal ves por eso el día que se celebrara su máximo día como nación independiente, yo lo festejara de manera tan particular en casa de uno de los tantos amigos que nos dio cobijo en nuestra estancia en esa provincia de “Santa Fe”. Cuando el mexicano escucha la palabra festejo de la independencia imagina, eventos enormes por todo el país, el grito en los zocalos de cada estad
o, el toque de la campana en Palacio Nacional, luces por toda la ciudad, banderas de México pegadas en los autos y en los negocios, comerciales anunciando el festejo del 15, el pueblo preparando: comidas, trajes regionales, piñatas tricolores, cornetas ruidosas, cohetones, y por supuesto chupe y fiesta en casa de algún familiar. Esa idea pasó por mi cabeza cuando supe que festejaría el día de la independencia de otro país, días antes estaba impaciente por descubrir las tradiciones que encierra ese día, sin embargo más tardó el día en llegar que yo en abandonar las esperanzas por participar de una fiesta cien por ciento tradicional, en las calles no hay banderas, ni luces con el rostro de San Martín, no hay ruido que anuncie el preparativo de una fiesta descomunal, no se perciben personas portando los colores de su bandera, ni los cohetones que enmarquen el entorno con explosiones de libertad, solo el comentario seco y conciso de mi anfitrión me puso al tanto al informarme que en su día se prepara si es que la familia lo desea un platillo tradicional hecho a base de maiz, un especie de guiso con carne de res, un caldo espeso color café, que según entendí se prepara licuando el maíz y cociendo la carne con este liquido espeso, un pozoles de otro país imaginé ante el desencanto de entender que no estaba en México y que el mexicano vive en frecuencias diferentes, donde la fiesta es parte de la vida, donde la diversión se entrelaza directamente con el baile, el griterío, las risas, el canto, la comida y el alcohol. Después de comer ese platillo en la cocina extraído de una olla grande, nos dirigimos a la pi
zzería más cercana a comprar dos para el resto de la familias, no sin antes saber que ese platillo se los envío la abuela que radica en otra provincia. Fue extraño entender que su libertador se nombra en cada plaza principal de cada provincia del país, que sus calles principales siempre indican dos o tres fechas importantes, y sin embargo expresar esa carencia de emoción y pasión por una fecha trascendente, tal ves en México no hay mucho que festejar en términos políticos y de desarrollo como nación, pero que importa una fecha u otra cuando el pretexto que emerge el espíritu pasional que vive dentro de cada mexicano se hace presente ya sea como el festejo de un cumpleaños, la derrotas de un ejercito extranjero, el triunfo de un partido de futbol, una boda, un bautismo, un pretexto nada más es lo que necesita el mexicano para sacar el calido fulgor expresionista de canciones charras, sombreros, pistolas, botas, bigotes, pozole, tamales, aguas de sabor, tequila, gritos y por supuesto orgullo cien por ciento mexicano.

Esto lo comprobé una vez que me tocó viajar a otro país, fue una de esas coincidencias del destino que me permitió salir de mi rancho y conocer las costumbres de otras gentes, en esa ocasión me puse a investigar las fechas históricas, personajes famosos y ese tipo de eventos que por supuesto dan al visitante un pretexto de platicar, así como cultura general –pa´que no digan que el mexicano es inculto, pensé- así que leí algunas páginas de Internet donde hablaban de sus guerras, sitios famosos por conocer, entre otras cosas más, la idea era no llegar tan perdido, de mi historia pues ya sabia, así que por ese lado no tendría mucho problema. Estuve un muy buen tiempo en ese país, por lo menos el suficiente para conocer a muchas personas de distintos rumbos del país, conocí gente del centro, de la orilla y por supuesto del norte, esto significó la gran primer diferencia con México, aquí en nuestro país encuentras en cada estado o provincia como lo definen allá, una identidad propia, una costumbre arraigada y un entendimiento de las costumbres muy particular. En este país donde estuve por más de un mes, las costumbres no mostraban diferencia alguna al visitante, aunque según los oriundos esta se refleja en la forma y el tono de hablar –indescifrable para mi que de por si era complicado entenderlos a todos a pesar de ser español. Como dije conocí gracias a todos los amigos de por allá muchos de los lugares más representativos del país –siempre he tenido ese toque de mexicanismo arraigado en mi corazón- así que sin afán de agredir, las comparaciones con lo nuestro se mostraban a cada paso y en cada vistazo que echaba por la ciudad o en las provincias visitadas. Conocí estadios deportivos, museos, monumentos, y paisajes naturales, -es decir una muestra de lo que aquel pa

Por coincidencia se presentó el día que en que ese país festeja su independencia, que al igual que todos los países latinoamericanos, tuvo que sostener una lucha enorme contra los españoles por su libertad. El héroe principal fue San Martín, no el San Martín de Porres que nosotros conocemos, es más ni siquiera es un santo, únicamente es el nombre del general libertador de aquella región, “General San Martín” cabe mencionar que este país esta integrado por descendientes europeos; españoles, alemanes, italianos en su mayoría, no existió una mezcla como ocurrió en México, por lo tanto todos sus triunfos históricos están basados en los logros obtenidos después de su llegada al continente Americano, como lo muestra una de sus ciudades llamada Resistencia, bautizada así por la lucha contra los nativos de la zona, donde los ahora oriundos resistieron el ataque de las tribus que vivian en ese lugar antes de su llegada. Esto que indica que su historia es infinitamente menor la nuestra, tanto en personajes como en etapas vividas, tal ves por eso el día que se celebrara su máximo día como nación independiente, yo lo festejara de manera tan particular en casa de uno de los tantos amigos que nos dio cobijo en nuestra estancia en esa provincia de “Santa Fe”. Cuando el mexicano escucha la palabra festejo de la independencia imagina, eventos enormes por todo el país, el grito en los zocalos de cada estad

