LO QUE HAY PARA ESTA SEMANA

1.-LA LEYENDA DE LA LLORONA
3.-EN AUDIO "LAS TRES MEJORES HISTORIAS DE TERROR DE LA MANO PELUDA"

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lunes, 14 de septiembre de 2009

BARRA LIBRE ALUCINÓGENA


Ya era 2007 había tenido más contacto con las drogas ilegales en los últimos 6 meses que en los últimos 6 años de mi vida. Aunque ya había fumado mota, no había probado más cosas, pues respetaba mucho las drogas sintéticas y la cannabis me daba bastante confianza, así que aunque no era a menudo, si en algunas ocasiones me fumaba un churro. Mi novio se suponía que venía a México de intercambio para estudiar, pero lo cierto es que vino “de vacaciones”. La escuela [incluso en un idioma distinto al suyo] era demasiado fácil para él y por otro lado la cultura mexicana le fascinaba, por lo que viajó mucho y conoció más México que la mayoría de los ciudadanos. Yo andaba con él con la idea de que sería un “año de vacaciones” para mí también, entonces me permití vivir muchas cosas, que normalmente no hubiera vivido con un novio con el que pensara estar mucho tiempo.

Un día sus amigos organizaron un rave para el fin de semana, le dijeron a unos DJ’s a algunos cuates que les gusta ese trip, y pues se armó! Yo tenía otros planes para el fin y una de las ventajas de una relación con un europeo es que no te asfixian, te dan tu espacio y tu tiempo cuando así lo requieres. Entonces pasaron los días y unas amigas se enteraron del rave, me insistieron mucho en que fuéramos [esas dos amigas en su vida habían ido a un rave, no sabían como era el ambiente, y no conocían a mucha gente en ese medio, así que con la excusa de que uno de los organizadores era mi novio se querían colar. Total que el mero viernes [el día que comenzaba el rave] me insistieron un montón y les dije que las acompañaba solo un rato, el chiste es que cuando iba en camino le marco a mi novio para avisarle que iba para allá, me sorprendió que se sacó un buen de onda como si no quisiera que yo fuera, y pues entendía que fuera una sorpresa para él pues yo ya le había asegurado que no iría; en la relación nos teníamos un buen de confianza así que no pensé mal, más bien me preocupé un poco, pero pensé que cuando yo llegara al rave el me contaría porque andaba tan raro por teléfono.

Llegamos al rave dos amigas y yo, mi novio salió de inmediato por nosotras y pues no tuve que pagar nada, las otras chicas alegaban que solo se iban a quedar un rato, y al final tampoco les cobraron. Mi novio se veía un poco ansioso pero solo eso, lo cual me extrañó pues siempre era muy cool. Nos instaló con otra gente y desapareció. En unos minutos regresó con bebidas para mis amigas y desapareció nuevamente. Pasó un buen rato y mis amigas fresas se habían aventurado únicamente a un vodka-tonic, había gente bailando súper tripeada como si estuviera en otro mundo. Me aburrí y me fui a la barra donde estaba otro de los organizadores y me preguntó si quería algo, de inmediato pensé en un trago y le dije que me dijera lo que tenía para ofrecer, y cual fue mi sorpresa cuando en lugar de enunciarme alcoholes [whisky, vodka, torres, etc.] me saca bolsitas y pastilleros… BARRA LIBRE ALUCINÓGENA!!!! Agarré una tacha y me alejé de la barra, la metí en la bolsa del jeans y seguí caminando saludando gente.

Después de un rato mis amigas ya estaban bien ambientadas con unos chicos. Y me di cuenta que no había vuelto a ver a mi novio, me puse a buscarlo y no lo encontraba, le marqué a su celular y no contestaba, un amigo me dijo que creyó haberlo visto entrando a un cuarto, me puse a revisar TODOS los cuartos y vi de todo, desde gente inyectándose hasta un ménage à trois no encontraba a mi novio y ya había revisado todos los cuartos menos uno que estaba cerrado con llave, pensé que sería gente teniendo relaciones y al parecer los únicos sobrios pues habían tenido la precaución de ponerle seguro. No lo encontraba en ningún lado y conforme pasaba el tiempo los demás asistentes al rave estaban en peores condiciones de ayudarme. Al fin encontré a uno de los organizadores que tenía llave de todos los cuartos y como yo tocaba la puerta de aquel cuarto encerrado y nadie me contestaba pensaba que ahí podría estar mi novio. Me prestó las llaves y ni me hizo caso el tipo.

Me apresuré al cuarto lo abrí y todo estaba oscuro, había una cama individual, un escritorio y una cómoda con un espejo. En el cuarto había también un baño, cuya entrada no se veía a simple vista, afuera del baño estaba tirado mi novio en posición fetal sobre el suelo, estaba sudando en exceso, ardiendo en fiebre, muy pálido y con mucha ansiedad; se veía súper mal, y yo sabía que no contaba con nadie más para llevarlo a ver un doctor y un millón de cosas pasaban por mi cabeza, entre ellas una imagen de él muriendo en mis brazos [resultado de ver muchas películas y leer muchas novelas]. Le dije que lo llevaría a ver un doctor, y yo no estaba segura si él entendía mis palabras, pues no replicó, en sus cinco sentidos no hubiera permitido nunca que lo llevara a ver a un médico. Tomé las llaves de su auto que estaban en su jeans, lo ayudé a levantarse, lo llené de besos y le dije que todo estaría bien, acaricié su cara haciendo a un lado el sudor; caminamos de la mano y él parecía esforzarse mucho para lograrlo, incluso caminaba encorvado como si estuviera a punto de desplomarse en el suelo para adoptar la posición en la que yo lo había encontrado. Le molestaban las luces, la música todo, era evidente que sentía que su cabeza estallaría y la sostenía constantemente con su única mano libre.

Llegamos al carro lo encendí y recordé la tacha que traía en el pantalón y la aventé por la ventanilla mientras arrancaba, en el camino lo único que me dijo fue “oxxo” así que en el primer oxxo que vi me paré, él levantó el asiento que yo le había reclinado y me pidió una botella enorme de agua y 5 Carlos V. Me bajé apresurada y compré lo que me había pedido, incluso vacilé en pedir un garrafón en lugar de las dos botellas de 2lts. que había comprado. Subí al auto y devoró tanto los chocolates como el agua, parecía el sobreviviente de un naufragio. Le hacía mil preguntas mientras acariciaba su cabello y veía como mejoraba su aspecto. Al fin pudo tomarse un tiempo para respirar y contestarme.
Me confesó que estaba dispuesto a probar y hacer todas las cosas nuevas posibles en su estadía en México, y que ya que yo no estaría en el rave, decidió probar un cristal, pues según él le hubiera dado pena probarlo enfrente de mí. Dado que los cristales son drogas ilegales, no hay un laboratorio que avale y constate la calidad de cada cristal, se hacen clandestinamente por gente que, evidentemente, le vale un pepino la vida de los consumidores, por lo tanto como te pueden tocar 99 cristales buenos te puede tocar uno malo, y te pega cañón en tu cuerpo. A él le toco uno malo, así que le pegó cañón.

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