SOBREVIVIENTES DE LOS ANDES
Hace algunos años estuve por la zona sur del continente americano; el país de Maradona, del Tango y de las parrilladas, del estadio del Boca Jrs. y por supuesto de una parte de los Andes. El sistema montañoso conocido como los andes es una cordillera que atraviesa países como Chile, Argentina, Perú, Bolivia y parte de Venezuela. Cuando viajé al último país de continente americano, lo hice en dos etapas; salí de México a eso de la una de la tarde, el avión hizo escala en Perú y viajé durante toda la noche hasta amanecer ya en Argentina. Durante este viaje pasamos por la ruta de los andes peruanos luego los chilenos y por fin los argentinos, asomado por la ventana del avión confuso entre nubes blancas y tintes color café mesclado con la nieve de las montañas estaba esa cordillera donde los documentales y las películas indicaban habían caído un avión muchos años atrás y ahí en esas montañas matizadas se había generado una historia de sufrimiento, 
dolor y fortaleza. No niego que un sentimiento de miedo se posó en mi a travéz de un hueco en el estomago, los aviones son inestables y con la tragedia de los andes como símbolo de que las cosas si pasan, no puede más que imaginarme que haría si yo estuviera en una situación como esa.
Cuando llegamos a Argentina nuca imagine que el recuerdo obligado de esa historia me llevaría a encontrar en una de las ciudades que conocí a dos de los protagonistas de esta historia y aun más estar junto de ellos para tomarme una fotografía que constata que el destino me unió en algún punto por pequeño que fuera con alguien al que su destino le jugo la peor de las jugarretas.
La plática comienza con el saludo y presentación de ambos, después con algunas fotografías de ellos de cuando eran jóvenes, el motivo del viaje, los recuerdos de la caída del avión y por último con el relato de cada una de las historias que los sobrevivientes desarrollaron durante su instancia en ese lugar. Durante la caída, el avión se partió en dos, muchos fallecieron a ese primer impacto, pero muchos sobrevivieron aunque con lesiones graves que les llevó a morir días después. Hablaron sobre los inventos o aditamentos ingeniados para sobrevivir a los letales fríos en ocasiones 30° bajo cero, como por ejemplo los lentes de sol realizados con las micas de los vidrios de la cabina del avión, o el uso de almoadas en los pies para evitar undirse en la nieve, o bien las fundas de los asientos como cobertores contra el frío –no hubo día en el que no se tuvieran que despedir a alguien, comenta Alvaro Mangino uno de los conferensistas y sobrevivientes, ya fuera amigo o familiar. Por su parte José Luis Inciarte uno más de los 16 sobrevivientes y compañero de Alvaro en esta serie de pláticas motivacionales que ambos realizan através del mundo, comenta el día en que el alud tapó por completo los restos del avión matando a 8 personas más de los ya pocos sobrevivientes, José Luis comenta a forma de anécdota que ese alud los sorprendió a media noche, la nieve los cubrió por completo y los paralizó de inmediato, el quedó con el dedo gordo del pie de uno de sus compañeros, la única forma de saber que estaban vivos era cuando el mordía el dedo y el otro lo movía dentro de su boca, los que pudieron ayudar, escarbaron tratando de sacar al resto, esa noche marcó el punto de quiebre tanto mental como emocional, obligando a los ahí sobrevivientes a buscar una alternativa de salida. Al décimo día escucharon por aquella radio reparada días antes, que la búsqueda había sido cancelada, se organizaron varias excursiones y caminata en distintos puntos o direcciones con la intención de encontrar alguna ayuda, fueron tres los elegidos para hacer la última caminata, el resto tuvo que ofrecer sus recursos y abstenerse de algunos de ellos para que estos tres tuvieran la fuerza y la energía suficiente para encontrar ayuda fuera de esa montañas. Fueron casi diez días en que los tres exploradores tardaron en encontrar ayuda, a mitad de este periodo Cannessa, Parrado y Vizintin tomaron un decisión trasendental para el objetivo de la expedición, abrían de decidir entre seguir los tres o regresar a uno de ellos para guardar provisiones para los dos restantes, así lo hicieron y solo Cannessa y Parro continuaron con la caminata, pronto encontraron señales de vida, un río sirvió como guía para días después encontraron a un campesino quien fuera el que diera aviso de aquellos sobrevivientes. Para el 22 de Diciembre después de 72 días de estar en las montañas el grupo fue rescatado.
Con lo que respecta a la necesidad de comer carne humana ambos tocan el tema de forma muy superficial y casi obligada, su único comentario fue “es algo que se tuvo que hacer, algunos lo hicieron otros no, no es algo que de lugar a juicis, ustedes que hubieran hecho”
Al finalizar y por el simple hecho de ser mexicano me dio oportunidad a que ambos se acercaran a nosotros y permitieran esta foto que para mi quedará para la historia
dolor y fortaleza. No niego que un sentimiento de miedo se posó en mi a travéz de un hueco en el estomago, los aviones son inestables y con la tragedia de los andes como símbolo de que las cosas si pasan, no puede más que imaginarme que haría si yo estuviera en una situación como esa.Cuando llegamos a Argentina nuca imagine que el recuerdo obligado de esa historia me llevaría a encontrar en una de las ciudades que conocí a dos de los protagonistas de esta historia y aun más estar junto de ellos para tomarme una fotografía que constata que el destino me unió en algún punto por pequeño que fuera con alguien al que su destino le jugo la peor de las jugarretas.
La plática comienza con el saludo y presentación de ambos, después con algunas fotografías de ellos de cuando eran jóvenes, el motivo del viaje, los recuerdos de la caída del avión y por último con el relato de cada una de las historias que los sobrevivientes desarrollaron durante su instancia en ese lugar. Durante la caída, el avión se partió en dos, muchos fallecieron a ese primer impacto, pero muchos sobrevivieron aunque con lesiones graves que les llevó a morir días después. Hablaron sobre los inventos o aditamentos ingeniados para sobrevivir a los letales fríos en ocasiones 30° bajo cero, como por ejemplo los lentes de sol realizados con las micas de los vidrios de la cabina del avión, o el uso de almoadas en los pies para evitar undirse en la nieve, o bien las fundas de los asientos como cobertores contra el frío –no hubo día en el que no se tuvieran que despedir a alguien, comenta Alvaro Mangino uno de los conferensistas y sobrevivientes, ya fuera amigo o familiar. Por su parte José Luis Inciarte uno más de los 16 sobrevivientes y compañero de Alvaro en esta serie de pláticas motivacionales que ambos realizan através del mundo, comenta el día en que el alud tapó por completo los restos del avión matando a 8 personas más de los ya pocos sobrevivientes, José Luis comenta a forma de anécdota que ese alud los sorprendió a media noche, la nieve los cubrió por completo y los paralizó de inmediato, el quedó con el dedo gordo del pie de uno de sus compañeros, la única forma de saber que estaban vivos era cuando el mordía el dedo y el otro lo movía dentro de su boca, los que pudieron ayudar, escarbaron tratando de sacar al resto, esa noche marcó el punto de quiebre tanto mental como emocional, obligando a los ahí sobrevivientes a buscar una alternativa de salida. Al décimo día escucharon por aquella radio reparada días antes, que la búsqueda había sido cancelada, se organizaron varias excursiones y caminata en distintos puntos o direcciones con la intención de encontrar alguna ayuda, fueron tres los elegidos para hacer la última caminata, el resto tuvo que ofrecer sus recursos y abstenerse de algunos de ellos para que estos tres tuvieran la fuerza y la energía suficiente para encontrar ayuda fuera de esa montañas. Fueron casi diez días en que los tres exploradores tardaron en encontrar ayuda, a mitad de este periodo Cannessa, Parrado y Vizintin tomaron un decisión trasendental para el objetivo de la expedición, abrían de decidir entre seguir los tres o regresar a uno de ellos para guardar provisiones para los dos restantes, así lo hicieron y solo Cannessa y Parro continuaron con la caminata, pronto encontraron señales de vida, un río sirvió como guía para días después encontraron a un campesino quien fuera el que diera aviso de aquellos sobrevivientes. Para el 22 de Diciembre después de 72 días de estar en las montañas el grupo fue rescatado.
Con lo que respecta a la necesidad de comer carne humana ambos tocan el tema de forma muy superficial y casi obligada, su único comentario fue “es algo que se tuvo que hacer, algunos lo hicieron otros no, no es algo que de lugar a juicis, ustedes que hubieran hecho”
Al finalizar y por el simple hecho de ser mexicano me dio oportunidad a que ambos se acercaran a nosotros y permitieran esta foto que para mi quedará para la historia
muy buena historia
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